Cuando algo dentro se rompe para siempre…

 Son muchas las razones por la que cada vez existen más
personas que acuden a terapias de pareja y está comprobado que cuatro de cada
cinco parejas logran un bienestar común, ya sea salvar la relación o terminar
el duelo sin conflictos innecesarios.

No hay por qué llegar al calvario de años para hacerlo, al
contrario, mientras más pronto se acuda a terapia, mejor. Es decir, cuando
aparezcan los primeros síntomas de que la situación puede complicarse.

Son muchos los elementos que lleva a una relación a
experimentar un desgaste sentimental, además del cúmulo de frustraciones, los
conflictos que quedaron sin resolverse entre ambos integrantes, el trabajo, los
hijos, la falta de sexo.

Los enemigos más comunes en una relación de pareja son la
rutina, la falta de comunicación, falta de empatía, estrés, infidelidad.

Quizá sea la INFIDELIDAD el peor de los enemigos, tal vez no
el más común, pero si un enemigo poderoso.

La INFIDELIDAD podría decirse que es la experiencia más traumática
que puede soportar una pareja, una lesión emocional y moral  considerada monstruosa por quienes lo padecen.
Puesto que es llamado una traición y bien decimos que lo más doloroso de una traición
es que viene de parte de alguien que creímos que nunca nos haría daño.

Entonces ¿Qué lleva a una persona a cometer un acto INFIEL?

Son varias las razones, pero ninguna justifica.

Vacios existenciales, adicción al sexo, juegos virtuales,
tendencia a la promiscuidad, adicción a la pornografía, etc. Son algunas de las
causas por el cual los INFIELES realizan sus actos clandestinos y
consecuentemente colocan a su pareja en un terremoto emocional, obligándolas a
sentir dolor, deseos de venganzas, impotencia, rabia, vergüenza, tristeza,
angustia, culpa.

Ser INFIEL es una decisión consciente como ser fiel, no una
necesidad ni un defecto genético.

Y ahora… ¿Qué hacer ante esta situación?, ¿Cómo superar la
INFIELIDAD?

Los cinco pasos fundamentales para superar la INFIDELIDAD
son los siguientes:

1.      
Llorar lo que haga falta y asumir la realidad

Aceptar lo que pasó o sigue pasando, que
algo se quebrantó y ya nada es como antes, nada es igual. No preguntarse ¿Por qué?
Como tratando de buscar una justificación o una excusa para parchar esa herida.
La cosa ya está, y hay que aceptarlo, es la realidad y no hay nada que hacer. Asumir
con valentía.

2.      
Controlar los sentimientos

Esta situación obliga a la victima a
experimentar un mundo de sensaciones y deseos nada saludables.

Por un lado el deseo enfermizo de volver a
los días felices y que todo esto solo sea una pesadilla, necesidad de venganza,
odio, ganas de morir, decepción de las personas que lo sabían y no dijeron
nada, sensación que se ha sido el hazmerreir de todo el mundo.

Hay que aprender a manejar estos
sentimientos, porque la situación puede llevar a las enfermedades físicas como
mentales, al aislamiento, perdida del trabajo. Sin haber hecho nada para
merecerlo.

3.      
Perdonar

Es un paso difícil, pero de gran
importancia, perdonar, aunque esa persona no esté arrepentida. Perdonar, porque
el perdón embellece y enaltece. Así como la cultura japonesa lo menciona en el
kintsugi, es el arte de reparar una cerámica dañada con polvo de oro y acabado
con una laca para que brille. Esto se convierte en una pieza única. El perdón proporciona
al alma un esplendor único.

4.      
Recuperar la confianza

Nada es como antes, pero esta amarga
experiencia te va aportar sabiduría y fortaleza.

Es necesario que recuperes la confianza en
vos y en los demás, darte una nueva oportunidad, porque el dolor templa el espíritu.

5.      
Nuevo proyecto de vida

Una vez asumido, aceptado, llorado lo
suficiente. Hay que inclinarse a recoger los pedazos del escombro que aun están
aprovechables y trabajar por nuevos sueños, que la vida aquí no acaba, no se
termina con un mal amor.

Es tiempo de derrumbar lo mal construido y
sobre los escombros construir algo mejor y más fuerte.

Aunque veas destrozada la ilusión de tu
vida, inclinàte a rehacerla, porque mientras haya vida hay esperanza.

Bea